¿Cómo saber que encontré mi propósito y cómo no dudar de él?
Una aclaración que es importante realizar antes de continuar avanzando, es comprender que tu propósito no es puntualmente lo que haces. Parte de la confusión y la frustración que sentimos, es porque creemos que el propósito es una única forma de hacer las cosas.
Es importante estar tranquilas con que el propósito puede tomar muchas formas. Puedes tener muchas pasiones que se pueden ir uniendo unas a otras.
Puedes emprender varios negocios o ideas donde se pongan en acción tus talentos. El propósito realmente es esa sensación de amor, devoción y fuego interior que toca lo que estás haciendo.
Mi propósito por ejemplo, es ayudar a muchas almas en su despertar espiritual. Este propósito puede tomar múltiples formas:
En las mentorías que creo para ayudarte a encontrar tu propósito.
En los libros que escribo sobre autoconocimiento, despertar y expansión.
En el liderazgo que ejerzo en mis empresas. Donde transmito con amor a nuestros trabajadores esta conciencia.
En las conversaciones que sostengo con mi entrenador o con la cajera del banco.
Otros propósitos pueden ser:
Ayudar a chefs a dar a conocer sus trabajos en la industria hotelera.
Generar bienestar a través de la nutrición, el deporte, etc.
Las formas puntuales que esto toma son infinitas, puede ser a través de la creación de negocios, a través de conferencias, charlas, etc.
Entonces, volvamos a la pregunta inicial:
¿Cómo sé que lo encontré?
Hay una señal muy clara y es que esto te motiva por dentro, en las mañanas te levantas con más pasión, sientes un fuego interno que te lleva a crear y a entregar.
Ahora, en mi camino personal, hay algo clave que me ayudó a sentir que esta es mi misión y a no dudar nunca más de ella.
Esto fue mi vínculo con DIOS.
Comencé a tener conversaciones diarias con Dios, acerca de mi propósito. Le pregunté puntualmente ¿cuál es la misión que tienes para mí?
Este contacto diario con Dios ha fortalecido mi fe, he aprendido a escuchar sus respuestas.Esta misión se me reveló en un lugar divino en California; el amor que sentí cuando lo vi, no se pudo contener en mi cuerpo y fue expresado a través de lágrimas.
Esta visión se ancló en mi corazón y ya nunca más dudé. Por eso es importante que ese propósito lo preguntes también a Dios, ¿es esto lo que quieres que haga a continuación?
Muchas veces esas cosas que no fluyen o no se dan, es porque Dios no nos quiere ahí.Necesitamos ser humildes para movernos hacia donde realmente Dios nos quiere.
Entonces si has recibido guía de Dios, no dudes de esta.
¿Por qué dudamos?
Encontrar nuestro propósito es muy diferente a materializarlo y a expandirlo.
Una vez encontramos esos que queremos hacer, viene todo el proceso de materializarlo.
Allí puedes encontrarte con retos personales, con creencias mentales que comienzan a interferir con tu sueño.
Inicia un proceso profundo de limpieza mental, que te lleva a soltar todas las creencias que tienes de ti, de la vida y de la forma puntual en la que decidiste convertir tu propósito.
Te lleva también a ser paciente.
Muchas veces queremos ver las cosas ya materializadas, pero todo tiene su tiempo divino bajo el cielo. Necesitamos aprender a ser pacientes en el camino, y no quiere decir que porque eso no esté sucediendo como tú quieres, es que no es tu misión.
Entonces es probable que la duda aparezca, ahí pregúntale a Dios ¿es esto lo que quieres que haga? y permanece abierta a sus señales.
Y recuerda que el corazón siempre sabe, ¿cómo te fue revelada esa misión? ¿cómo llegaron a ti esas ideas Divinas para materializarlas?
Aquí es importante activar la voluntad de confiar. Aunque en este m omento no esté fluyendo como espero, me sostengo, no dudo, confío en mi camino y hago todo lo que esté en mis manos para que esto se desarrolle. Lo demás se lo dejo a Dios.
Si sientes que aún no tienes claridad respecto a tu propósito, o sientes que ya intuyes lo que puede ser, pero terminas dudando y procrastinando, quiero invitarte a nuestra mentoría el llamado de la rosa: 9 semanas para alinearte con tu misión del alma.
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